Las pastillas de freno de coches son un componente esencial para la seguridad y el rendimiento de los vehículos. Su función es reducir la velocidad o detener el movimiento de las ruedas al presionar contra los discos de freno mediante la acción hidráulica del líquido de frenos.
Las pastillas de freno están compuestas por un material de fricción que se desgasta con el uso y debe ser reemplazado periódicamente para evitar fallos o averías.
El tipo y la calidad de las pastillas de freno influyen en la distancia de frenado, el ruido, el polvo y el desgaste de los discos. Por eso, es importante elegir las pastillas de freno adecuadas para cada modelo y tipo de conducción, así como realizar un mantenimiento preventivo y una revisión periódica del sistema de frenado.
Entre las marcas más destacadas de pastillas de freno se encuentran:
- Brembo: Es una marca italiana que se especializa en la fabricación de sistemas de frenado de alta calidad y rendimiento, tanto para coches de calle como para coches de competición. Sus pastillas de freno ofrecen una excelente potencia, resistencia al desgaste y al calor, y un bajo nivel de ruido y polvo.
- Bosch: Las pastillas de freno de coches Bosch son unos componentes esenciales para garantizar la seguridad y el rendimiento de la frenada. Estas pastillas se fabrican con materiales de alta calidad y tecnología innovadora, adaptándose a las especificaciones de cada modelo de coche. Además, las pastillas de freno Bosch cumplen con las estrictas normas ECE R-90 y se someten a rigurosas pruebas en condiciones extremas.
Existen diferentes tipos de pastillas de freno según su composición y características. Algunos de los más comunes son:
- Pastillas de freno semimetálicas: contienen al menos un 65% de metal, como hierro, cobre o acero, y el resto son materiales inorgánicos como grafito. Tienen una buena conductividad térmica y resistencia al desgaste, pero pueden ser ruidosas y dañar los discos de freno por su dureza.
- Pastillas de freno de bajo acero: contienen menos de un 30% de metal y el resto son materiales orgánicos como resinas, fibras o caucho. Tienen un menor coeficiente de fricción que las semimetálicas y son más suaves con los discos de freno, pero se desgastan más rápido y pierden eficacia con altas temperaturas.
- Pastillas de freno orgánicas: contienen menos de un 15% de metal y el resto son materiales sintéticos como kevlar, vidrio o carbono. Son las más blandas y silenciosas, pero también las que más se desgastan y las que menos resisten el calor. Son adecuadas para coches ligeros y conducción suave.
- Pastillas de freno cerámicas: contienen fibras cerámicas, goma sintética y metales no ferrosos. Son las más caras y las que ofrecen un mejor rendimiento en términos de durabilidad, estabilidad térmica, reducción de ruido y polvo. Son ideales para coches deportivos y conducción exigente.
La elección del tipo de pastilla de freno depende del tipo de coche, el estilo de conducción y las condiciones ambientales. Es importante consultar el manual del fabricante o un taller especializado para saber qué pastillas son las más adecuadas para cada caso. También es importante cambiar las pastillas cuando se alcanza el límite de desgaste indicado por el fabricante o por el testigo luminoso del salpicadero, ya que unas pastillas gastadas pueden comprometer la seguridad al alargar la distancia de frenado o provocar vibraciones o ruidos anormales.